El derecho en la educación es un pilar fundamental en el desarrollo de los individuos. En este contexto, garantizar que todos los niños, independientemente de sus diferencias individuales, disfruten de acceso a una educación de calidad, se convierte en un compromiso esencial para construir un futuro más inclusivo y prometedor para la sociedad en conjunto.
La investigación científica en el ámbito de la educación ha destacado la presencia de varios colectivos con necesidades educativas especiales, los cuales abren una línea para plantear una educación más adaptativa. Por eso, es esencial reconocer y abordar de manera rigurosa las necesidades educativas especiales, puesto que la inclusión de estos grupos en el sistema educativo no solo se reviste de un carácter ético, sino también representa un reto para fomentar la diversidad y promover la igualdad de oportunidades.
Aunque las preocupaciones educativas suelen girar en torno a las dificultades de aprendizaje, otro de los colectivos con necesidades educativas especiales son los niños y niñas con altas capacidades intelectuales. Las altas capacidades, al igual que las dificultades de aprendizaje, tienen una base neurobiológica, de modo que se debe hacer un acompañamiento que permita desarrollar todo el potencial de estos niños y niñas. En el ámbito académico, se habla de las altas capacidades intelectuales para referirse a aquellos individuos que presentan un rendimiento intelectual significativamente por encima de la media de sus pares en términos de habilidades cognitivas. Sin embargo, la definición de un conjunto homogéneo de características comunes por este grupo resulta desafiante, a causa de la marcada diversidad de perfiles que presenta. Algunos individuos destacan en áreas específicas, como, por ejemplo, en matemáticas o música, mientras que otros exhiben altos niveles de creatividad o habilidades sociales excepcionales.
A pesar de un aparente pronóstico de futuro prometedor para estos niños, se consideran dentro del colectivo de niños y niñas con necesidades educativas especiales, las cuales, si no se atienen, pueden suponer un riesgo de fracaso escolar. Según Pardo de Santayana (2004), tanto los niños con dificultades de aprendizaje como los niños con altas capacidades representan el porcentaje más grande de la población infantil con riesgo de fracaso escolar. El principal factor que puede contribuir a este fracaso escolar es la carencia de identificación y atención apropiada de sus necesidades educativas en el entorno escolar, derivando en desinterés y bajo rendimiento.
La identificación temprana es esencial en la atención de los niños con altas capacidades intelectuales, ya que cumple un papel fundamental en la adaptación de sus necesidades educativas y, consecuentemente, en la prevención del riesgo de fracaso escolar. Al reconocer y abordar las aptitudes excepcionales de estos niños en una etapa temprana, se abre la puerta hacia un proceso de educación más eficiente y efectivo que maximiza su potencial. La evaluación de las altas capacidades incluye medir la capacidad intelectual, la académica, la creatividad, el ámbito artístico, el liderazgo y la motivación.
Desde NeurekaLAB ofrecemos NeurekaTEST, una herramienta basada en la evidencia científica y diseñada para detectar los primeros signos tanto de las dificultades de aprendizaje como del talento en niños y niñas de entre 5 y 12 años. La herramienta recoge la información cognitiva evaluada de cada niño y niña y establece un perfil personalizado y adaptado a las necesidades individuales.
La herramienta NeurekaTEST está destinada al profesorado y a los equipos de apoyo, y permite evaluar las funciones básicas en el aprendizaje escolar:
La identificación precisa de los estudiantes con altas capacidades intelectuales es una tarea crucial en la educación contemporánea. Una vez estos alumnos son identificados, es importante implementar medidas adecuadas para adaptar el sistema educativo a sus necesidades específicas, abordando tanto los aspectos académicos como los sociales. Esta adaptación no solo implica proporcionar contenido más enriquecedor y desafiante en el aula, sino también fomentar la interacción y el desarrollo social de estos estudiantes, asegurando así que no solo se beneficien de su potencial intelectual, sino que también se conviertan en individuos muy integrados y contributivos a la sociedad.
Las familias juegan un papel fundamental en el reconocimiento y apoyo de estos niños. A menudo, la familia puede ser la primera a identificar las muestras de capacidades excepcionales, como, por ejemplo, el aprendizaje rápido, la curiosidad insaciable o la resolución creativa de problemas. En este contexto, es esencial que las familias se conviertan en aliadas activas de la educación, colaborando con los docentes para proporcionar un entorno que favorezca el desarrollo de las capacidades de sus hijos. Esto incluye la aplicación de recursos educativos adicionales fuera del aula, la promoción de sus pasiones e intereses, y el fomento del aprendizaje independiente.
Se espera que las familias no solo reconozcan y fomenten las capacidades, sino que también ayuden sus hijos a desarrollar habilidades sociales y emocionales para que puedan afrontar los desafíos relacionados con su alta capacidad intelectual, como el estrés académico y las relaciones con los iguales. Mediante una colaboración estrecha entre la escuela y la familia, se puede asegurar un entorno óptimo para el crecimiento y el éxito de los estudiantes con altas capacidades intelectuales.
El entorno escolar es el escenario inicial donde estos talentos se pueden detectar mediante pruebas estandarizadas u observación de las habilidades académicas y creativas de los alumnos. Es fundamental que las escuelas actúen con sensibilidad y eficacia en este proceso de reconocimiento.
Una vez identificados los estudiantes con altas capacidades, la escuela tiene que tomar medidas para adaptar el entorno educativo a sus necesidades específicas. Esto implica proporcionar un currículum más desafiante y enriquecedor que les permita desarrollar su potencial. También es fundamental ofrecer oportunidades de aprendizaje acelerado o diferenciado para que puedan avanzar en sus áreas de interés. Además, las escuelas tienen que ser conscientes de la importancia de la formación de los docentes para la identificación y la atención adecuada del alumnado con altas capacidades intelectuales, así como de la importancia de fomentar un entorno socialmente inclusivo y de apoyo que promueva las habilidades sociales y emocionales de estos estudiantes.
Evidencia científica:
Departament d’Educació (Generalitat de Catalunya) (2013). Les altes capacitats: detecció i actuació en l’àmbit educatiu Guia per a mestres i professors.
Evaristo Barrera-Algarín, José-Luís Sarasola-Sánchez-Serrano, Abraham García-González & María Ruiz-Herrera (2023) Neglecting gifted students: its impact on scholastic failure: perception from the families (La no atención de las Altas Capacidades en la escuela y su relación con el fracaso escolar: percepción desde las familias), Culture and Education, 35:1, 120-154. DOI: 10.1080/11356405.2022.2121133.
García-Ron, A., & Sierra-Vázquez, J. (2011). Niños con altas capacidades intelectuales. Signos de alarma, perfil neuropsicológico y sus dificultades académicas. Anales de pediatría continuada, 9(1), 69-72.
Higueras-Rodríguez, Lina; Fernández Gálvez, Juan de Dios (2016) El papel de la familia en la educación de los niños con altas capacidades intelectuales. IJERI: International Journal of Educational Research and Innovation, 2016; (7) : pp. 149-163. URI: http://hdl.handle.net/10433/4921.
Pardo de Santayana, R. (2004). Alumnado doblemente excepcionales: superdotación intelectual y dificultades de aprendizaje. FAISCA: Revista de altas capacidades, 11, 37-46.
Solé-Casals J, Serra-Grabulosa JM, Romero-Garcia R, Vilaseca G, Adan A, Vilaró N, Bargalló N, Bullmore ET. Structural brain network of gifted children has a more integrated and versatile topology. Brain Struct Funct. 2019 Sep;224(7):2373-2383. DOI: 10.1007/s00429-019-01914-9.
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